La prostitución es uno de esos problemas a los que no se les ha sabido dar solución, seguramente por la componente moral que esta asociada.
La prostitución es una vergüenza que nos señala con el dedo diciéndonos que nos creemos ciudadanos del siglo XXI modernos y civilizados pero convivimos con instintos animales elementales a los que damos salidas poco acordes con nuestros ideales.
Pero no es posible poner puertas al campo, prohibirlo a día de hoy es imposible, siempre que una mujer lo necesite habrá un hombre dispuesto, así que lo razonable es ser prácticos, y adoptar dos lineas de actuación:
Por un lado mejorar las condiciones de las personas que se ven abocadas a esta actividad, si para esto hay que legalizarlo, pues habrá que hacerlo, regularlo para ofrecer seguridad frente a mafias, condiciones y mejora en la estigmatización social. Los clubes de alterne deberán así para no incumplir la ley y arriesgarse al cierre someterse a controles, tener censadas a las mujeres y sabrán cuales son las reglas, no habrá una situación de malentendida tolerancia con la cual no se sabe lo que esta o no tolerado, la ley sera clara y habrá que cumplirla, horarios, seguridad social, vacaciones, etc..
La otra linea de actuación es dar asistencia psicológica y social a las prostitutas, muchas vienen de países subdesarrollados en busca de mejorar su vida y se encuentran aquí con una dura realidad, una sociedad muy competitiva en la que se encuentran solas y desamparadas para buscarse otro medio de vida.
No hay formula mágica, pero si seria un paso para mejorar la caótica situación actual en la cual nos encontramos multitud de clubes que ofrecen menores, traen a mujeres engañadas etc y mientras tanto la policía, al no tener acceso a estos burdeles para hacer comprobaciones por ser "todos" ilegales, no actúa, pues mantiene una política de manga ancha en la cual se cuelan abusos a las mujeres y a los derechos humanos mas básicos.