Los bibliófilos también podían presentir que tarde o temprano sus bibliotecas pasarían por el aro de la digitalización. Por aquel entonces ya comenzaban a destacar diversas iniciativas centradas en la digitalización de las obras libres de derechos de autor, como el Proyecto Gutenberg, para ofrecerlas gratuitamente en la Red. Unos años más tarde se presentó la iniciativa Google Print, por la que el buscador se propuso digitalizar 15 millones de libros en 10 años.
A diferencia de lo ocurrido con la música, el cambio de formato en el mundo de las letras está tardando más de lo previsto. Si bien la calidad de una canción apenas merma del CD al MP3, todavía resulta mucho más cómodo leer sobre papel que sobre pantallas convencionales (en el móvil o en el ordenador). Pero la llegada de los primeros lectores de "tinta electrónica", liderados por el dispositivo Kindle de Amazon (el que para muchos será a los libros electrónicos lo que el iPod a los reproductores digitales de música), empieza a resquebrajar buena parte de los prejuicios y reticencias.
Un libro electrónico no deja de ser un ordenador barato, de un tamaño similar a un libro fino y pequeño, pero que no tiene una pantalla convencional, sino una de 'tinta electrónica', que no cansa la vista y que apenas se parece a una convencional. Las pantallas LCD de los ordenadores emiten luz y ofrecen poca definición porque la imagen se está generando continuamente: da igual que estemos viendo un vídeo o leyendo un documento, siempre se están regenerando decenas de veces por segundo. Las pantallas de "tinta electrónica" están compuestas de multitud de bolas de un color por cada lado que giran en función de la imagen que quieran mostrar (como un mosaico en las gradas de un estadio). Así, la imagen es estática hasta que pasemos de hoja, lo que redunda en una vista más descansada y en un consumo ínfimo de batería (sólo gasta cuando muestra otra hoja, esto es, cuando cambia la orientación de las bolas).Un libro electrónico puede funcionar semanas sin necesidad de recargar electricidad.
Algunas tiendas de libros electrónicos
Bubok es un servicio web que permite tanto la edición como la venta de libros electrónicos. Cuenta con un catálogo corto por el momento, pero con algún autor interesante como Alberto Vázquez Figueroa, de que ofrece casi todas sus obras. El precio ronda los 1,20 euros por la descarga en formato PDF.
Mi elibro es otra plataforma que permite tanto la compra de libros digitales como de su versión en papel. Dispone de un catálogo más amplio que Bubok pero también limitado. El precio de sus títulos ronda los seis euros y se descargan en formato PDF con sistemas anticopia.
El Proyecto Gutenberg tiene una vocación pública, se puede colaborar libremente y se financia con las aportaciones de sus usuarios. Su objetivo es digitalizar la totalidad de obras escritas que se encuentran bajo el dominio público para distribuirlas gratuitamente. En lengua castellana ofrece una recopilación de títulos que incluyen a Pérez Galdós, los clásicos del Siglo de Oro, con el Quijote a la cabeza, o la obra de Blasco Ibáñez.