
El líder del PP tenía 15 días de campaña y 52 provincias para elegir. Pero quiso que Castellón, con el polémico Fabra al frente, fuera una de ellas. Los dos, con el todopoderoso presidente de la Diputación mostrando sus poderes y sus calles, realizaron un paseo triunfal por Castellón, con pitidos muy aislados, junto con Francisco Camps, el presidente valenciano imputado por cohecho, y después ofrecieron un mitin multitudinario.
Rajoy, que se proclamó feliz de estar en Castellón, "una provincia siempre fiel al PP", sentenció: "Esos que todavía no se han dado cuenta de que la Inquisición no existe, me van a escuchar durante toda la campaña. Estos se creen que pueden hacer lo que quieran y que algunos nos asustamos fácilmente. Pues no".
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