
Microsoft cedió ante la presión de la Comisión Europea. El gigante informático dio un paso atrás en su política y anunció ayer que la nueva versión de Windows se venderá en Europa sin el navegador. Hasta ahora la compañía defendía que este programa era una parte integral de su sistema operativo (que hace funcionar el 90% de los ordenadores personales). El Explorer se usa en el 60% del tráfico global en Internet.