Las descargas dan paso al 'streaming' y los programas emigran del disco duro

domingo, 18 de julio de 2010

 
La propiedad está dejando de estar de moda tras siglos como valor absoluto de la civilización occidental. No, no es que haya resucitado de sus cenizas el fantasma del comunismo o que una ola de fervor nos retrotraiga al desapego a las posesiones de las primeras comunidades cristianas. Es el propio desarrollo del capitalismo, su incitación permanente al consumo pese a las crisis cíclicas, y las nuevas tecnologías relacionadas con Internet como catalizador los que están trastocando hábitos que se creían enraizados. ¿Para qué poseer algo, almacenarlo, mantenerlo, protegerlo de los rateros si hay una oferta ilimitada de objetos y servicios al alcance de la mano con solo dar un botón o firmar un contrato por la web? Un escenario de recesión económica sin precedentes, que amenaza con enquistarse y habitar entre nosotros en forma de inseguridad laboral y mileurismo generalizado, ayudan a responder a esa pregunta: mejor consumir que poseer, mejor pagar por el uso que comprar.



Rodríguez explica que Internet y el cloud computing están en el ADN de Google. "Nuestros centros de datos son una ventaja competitiva para hacer realidad nuestro objetivo de organizar la información mundial para que resulte universalmente accesible y útil. El cloud computing es el mayor cambio en los últimos tiempos en el ámbito de la informática e Internet, y va a ser el futuro. Usuarios y empresas se están dando cuenta de que tiene sentido migrar a la nube sin importar que sus motivos sean personales, empresariales o económicos", añade.
El móvil está jugando un papel muy importante en esta metamorfosis puesto que no está diseñado para almacenar programas ni contenidos, sino disfrutarlos online. Según la firma de investigación de mercado IDC, actualmente hay más de 450 millones de usuarios de Internet móvil en todo el mundo, y se espera que esa cifra se duplique en los próximos cuatro años, superando los 1.000 millones en 2013, lo que da una idea del futuro brillante que le espera al cloud computing.
Todo está en la nube. Portales de videojuegos, como Onlive; álbumes de fotos, como Picasa o Flickr; de vídeo, como YouTube o Joost; de cine y televisión, como Hulu, seriesyonquis o Cinetube; de música, como Last.fm, Spotify o Yes.fm, o de eventos deportivos, como Rojadirecta. Muchas de ellas son gratis, lo que facilita su popularidad, y la mayoría funcionan alegalmente (en España, las webs de enlaces no vulneran la ley, según varias sentencias) al margen de los propietarios de contenidos, y unas pocas operan comercialmente merced a los contratos con discográficas y estudios.
"El síndrome de Diógenes digital tiene los días contados. ¿Por qué descargar y almacenar de forma compulsiva archivos musicales sin la certeza de que sean los temas originales, con todos los problemas ligados al deterioro o la pérdida de los soportes físicos, para luego no llegar a escuchar ni la mitad de las canciones, cuando existen alternativas legales para poder disfrutar de forma sencilla de toda la música, en cualquier momento, cualquier lugar. Por ejemplo, un mp3 contiene 32 gigabite de música como mucho, mientras que la base de datos de Yes.fm, con más de 2,5 millones de canciones ocupa 30 Terabite, es decir, 1.000 veces más que cualquier dispositivo de bolsillo", dice Fréderic Terrien, director general de Yes.fm.
Cambiar la mentalidad de que para disfrutar de un bien no es necesario poseerlo, no es exclusivo del mundo digital. También está llegando al mundo físico con fórmulas como el leasing (arrendamiento con derecho de compra) o el renting (alquiler puro y duro). Coches, bienes de equipo, material informático y médico, y cualquier producto que tenga una obsolescencia rápida puede ser susceptible de estas fórmulas.
En la empresa, este modelo está muy instaurado. Desde 2005, una de cada tres inversiones se hace bajo esta modalidad y, con el grifo de la financiación bancaria cerrado, puede ser el modus vivendi de las pymes, como apunta el secretario general de la Asociación Española de Leasing y Renting, Manuel García Fernández. "Tiene la ventaja fiscal de que fraccionas el pago del IVA en el número total de cuotas y te financian el 100% del bien, frente a la compra, que debes pagarlo todo al principio y buscar esa financiación cada vez más escasa, además de una mayor flexibilidad en el calendario de pagos y un tratamiento fiscal favorable".
Con todo, el arrendamiento financiero aún tiene muy poca presencia, ya que la inversión financiada en 2009 bajo esta modalidad alcanzó solo los 7.054 millones de euros. Una de las causas de escasa penetración es que el leasing está vedado a los particulares que, por ejemplo, podrían utilizarlo como método para alquilar una vivienda con opción a compra al final del periodo, como está negociando aquella asociación con el Ministerio de Vivienda.
El renting es la alternativa de las familias, pero tampoco es muy utilizado, aunque tiene unas ventajas evidentes siempre que se haga un uso intensivo del bien. Por ejemplo, alquilar un coche o un equipo informático desentendiéndose de averías, seguros o mantenimiento. El renting de vehículo se ha multiplicado por 100 desde 1990, hasta los 521.000 coches alcanzados en 2009, pero el 96% de los contratos son de empresas.
"Todavía no ha calado entre los particulares, pero le conviene a todo aquel que haga más de 15.000 kilómetros al año y esté dispuesto a cambiar de coche cada cuatro o cinco años", señala Agustín García Gómez, presidente de la Asociación Española de Renting de Vehículos.
El revolucionario francés y uno de los padres del anarquismo Pierre-Joseph Proudhon dijo hace siglo y medio que "la propiedad es un robo". Si viviera hoy, tal vez tendría que escribir que la "propiedad es un engorro".
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